viernes, 22 de julio de 2011

MARCHAS EN MADRID

Madrid se convertirá este fin de semana en el centro de la indignación. Marchas que salieron hace meses desde todos los puntos de España, llegarán a Sol este sabado23.

A las 21.00 está programado contactar con plazas de otros países como Grecia, Egipto, Holanda o Israel y despues de debatir y compartir las experiencias de las marchas, terminarán, como siempre, con un grito mudo.

Desgraciadamente no puedo estar presente en Sol este fin de semana, pero desde Valencia me mantendré informada y apoyaré cuanto pueda a través de todos los medios posibles.Mucha fuerza a esos indignados, mucho animo a nosotros, los jóvenes, y mucha esperanza a todos aquellos que forman parte del movimiento, estén donde estén. Como dice Hessel "La esperanza siempre fue una de las fuerzas dominantes en las revoluciones y las insurrecciones"


Y por último una frase de Sartre: Somos responsables como individuos. Y a eso añado que por favor no optemos por la indiferencia, que nos indignemos, nos impliquemos y ayudemos a cambiar las cosas, empezando por cambiar nosotros mismos primero. Despertemos!

miércoles, 13 de julio de 2011

Efecto MAD.


“Aterriza”. Así, con ese lema, llegamos a Guadarrama y comenzamos el campamento. 10 días en convivencia en los que nadie sabía que iba a pasar.  Como siempre, todo era sorpresa y día a día iríamos descubriendo poco a poco cosas y experiencias nuevas.
Como el lema decía, aterrizamos y nos asentamos en nuestras tiendas, en nuestra pradera. Empezamos a conocer el lugar y a conocer a las personas que en los próximos días iban a ser nuestros compañeros. 

Pasado el primer día, en el que todos estamos todavía un poco desconcertados, llegaron los demás despertares y poco a poco hacíamos de la pradera nuestro hogar. Nos acostumbramos a los horarios, a las distancias, a identificar de quien era cada tienda, como si de apartamentos se tratasen, los bichos se convirtieron en un vecino más y las esterillas en el mejor colchón para echarse una siesta.

Amaneceres, juegos, desayunos, cafés, gymchanas, confesiones, juegos, lloros, sonrisas… Manos que se ayudan, ojos que se miran, voces que se unen, risas que suenan al compás de un aplauso, silencio que grita serenidad, oraciones que emocionan, reflexiones que consiguen que nos paremos a pensar… Y después de todo eso, ya no éramos compañeros. No. Nos convertimos en una comunidad, en una gran familia.

Como un día decía la oración, somos una comunidad donde quienes ríen en común intercambian favores; donde bromeamos juntos y juntos estamos serios; donde se aprende de otros y se echa de menos a los ausentes. En donde las almas se unen en conjunto y donde varios, al fin, no son más que uno.

Han sido diez días plenos, llenos de felicidad y alegría, en los que todos hemos aprendido algo. Hemos visto que somos tierra buena, que somos semillas que daremos fruto, que somos manos que podemos ayudar a aquellos que se encuentran entre zarzas o en terreno pedregoso. Hemos aprendido que lo sencillo puede hacerse grande. Que no necesitamos mucho para ser felices. Que la naturaleza es sublime y los paisajes preciosos. Que con un par de canciones podemos pasarnos horas y horas riendo y que diez días durmiendo en un saco, puede convertirse en un paraíso si es con la gente adecuada. 

Gracias por este campamento. Gracias por formar esta gran familia. Recordad que “Tu y yo=MAD” y que una cosa, no puede ser sin la otra. Que ahora nos toca elegir nuestra fórmula y aplicar aquello que hemos aprendido. Negaros a pasar de puntillas por vuestro camino. Dejad huella y dejad claro como somos aquellos que formamos la familia MAD.



SIEMPRE en el corazón. Montañeros Amor de Dios.





sábado, 2 de julio de 2011

Aquello que un día me salvó...

Jorge Bucay, uno de mis autores preferidos, que conocí por casualidad en una “feria del libro” en el precioso retiro, no sé qué año. 

Jorge es psicodramatista, terapeuta gestáltico y graduado en Medicina. Y por todo ello es un placer leer sus libros. Dan paz y hacen que te sientas comprendido. No llegan a ser libros de autoayuda, pero consiguen que al cerrarlos te sientas mucho mejor.

Y hoy, de nuevo por casualidad, llegó a mí un cuento de él que no había escuchado nunca. 

Imagínate que vas por una selva. Te encuentras un río y tienes que seguir tu camino. Es profundo y no puedes continuar. No hay un puente, ni un barco… y entonces, durante días, semanas e incluso meses, te dedicas a construir un bote que te permita cruzarlo. Y lo haces. Y estás contento contigo al otro lado del río porque construiste un bote que te permitió seguir. Y piensas: Quizás haya otro río y me pueda evitar el trabajo de seguir construyendo más botes. Y entonces intentas cargar con el por la selva, pero es tan difícil y tan complicado…tropiezo con cada rama y me engancho con cada liana. Es imposible. Pero resisto. No quiero dejar este bote después de todo. Ha sido tan útil para mí. Sin embargo, esto que un día me salvó, este bote que un día representó la posibilidad de seguir, hoy, es mi mayor impedimento. 

Al terminar de leerlo, como siempre, quedé no solo con la boca  abierta, sino con el corazón de par en par. Como si al escucharlo, se hubiese sentido tan relajado que se dejó llevar. Entendí cada frase como si fuese mía. Adentró cada palabra tan honda, que pasadas las horas, seguí pensando en el cuento. 

Me hizo reflexionar. Me hizo ver que algo que nos dio la vida, puede convertirse en algo que ya no necesitamos para vivir. Que nos da miedo no tenerlo, por si posteriormente lo necesitamos, pero hay que rozar el riesgo y ser valientes. Y confiar en uno mismo, para saber que si necesita otro bote, podrá construirlo, como lo hizo la primera vez.

Jorge Bucay, de nuevo, consiguió emocionarme.