viernes, 21 de febrero de 2014

EAST SIDE GALLERY, BERLIN.


Es curioso pensar que lo que hoy en día es la galería de arte al aire libre más grande del mundo, fue durante 28 años una cortina de hierro que separó familias, vecinos y amigos, que privó de toda libertad a miles de ciudadanos y que no dejaba ver como el sol se ponía en Alemania.

East Side Gallery, se encuentra en la calle Mühlenstraße del distrito Friedrichshain-Kreuzberg, y supone algo más de un kilómetro del muro original de lo que un día fue el muro de Berlín, apodado por algunos, el muro de la vergüenza.

1316 metros que en 1990, un año después de la caída, fue intervenido por más de 100 artistas de 21 países diferentes con 103 murales. Un muro que ya no es frontera, sino un lienzo lleno de color donde abundan las frases de esperanza, los homenajes a la libertad y los recuerdos de aquello que no ha de repetirse.

Uno de los murales que más fotografías acapara es el famoso “Beso fraternal” del artista ruso Dimitri Vrubel. Éste, quiso dejar plasmado en el muro la polémica imagen que protagonizaron los líderes comunistas Erich Honecker, de Alemania Oriental, y Leónidas Breznev, de la Unión Soviética, durante el 30 Aniversario de la República Democrática Alemana.

Y aunque se conoce como “The brotherhood kiss”, realmente la obra se llama “El beso de la muerte”. El artista ya avisaba de que de ese beso no iba a salir nada bueno. Un beso de esos que ahogan, lleno de pasión pero sin conocimiento. Por ello, bajo la famosa imagen se puede leer: Mein Gott hilf mir, diese tödliche Liebe zu überleben "Dios, ayúdame a sobrevivir a este amor letal".



Y no puedo terminar ésta entrada sin mencionar a Thierry Noir, el primer “artista” que pintó el muro de Berlín. Cansado de ver todos los días el gris desde de su ventana, decidió salir con sus pinturas y darle un poco de color. Hoy, su intervención es la que más espacio ocupa en el muro.

Thierry, nació en Lyon pero se mudó a Berlín en 1982 porque tal y como asegura en una entrevista a StreetartLondon, no encontraba su lugar en Francia. Atraído por las vanguardias, la música y las revoluciones que en ese momento estaban teniendo lugar en Berlín, Thierry lo tenía claro, Berlín era su lugar. 

Nunca antes se vio atraído por el arte, asegura, pero al llegar y ver que todo el mundo que conocía era artista… él terminó denominándose así mismo como tal.

“I started to remark in West Berlin that everybody I met was an artist. So I thought, what a great city – I never met one artist in 20 years in Lyon, and now in one week I have already met 20 artists. I said to myself lets continue in this way; somebody asked me ‘Are you and artist?’ and I said ‘yes”

Vivió dos años  en una casa muy próxima al muro y confiesa que fue muy duro psicológicamente despertarse y ver eso cada mañana. Por eso y para demostrar que era más fuerte que el muro, cogió sus pinturas y le dio color al cemento gris.
Así lo describe él en la entrevista:

“It was really aggressive to live so close to the wall. Nothing happened really, but at the same time a lot happened, because this melancholic life was very aggressive against the brain. I thought I was getting a little bit crazy with this life by the wall, and 2 years after, in 1984, I decided spontaneously to start to make something on the wal” It was like a delivery, to show that I am stronger than the wall;


Dos historias sobre dos murales, pero un muro con millones de historias a cada lado.

East Side Galley, un rinconcito de Berlín lleno de arte, historia, grafiti, memoria y libertad. En mi opinión, el museo más bonito que Berlín puede ofrecer.














2 comentarios:

  1. Qué interesante artículo, y que privilegio ser el primero en pintar tan tristemente célebre muro... quedará sitio para cuando vaya?

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    1. Siempre hay algún hueco donde pintar ;) Yo no pude resistirlo. Dejé una pequeña huella por allí :)

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